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Gran conmoción ha causado en España este triple crimen.
Parte externa de la casa donde sucedieron los hechos.
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Foto tomada de La Sexta

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Menor mató a sus padres y a un hermano porque la madre le quitó una consola de juegos

Permaneció con los cadáveres tres días encerrados en su casa.

Un adolescente asesinó a la mamá, al papá y a un hermano de 10 años, porque la madre lo regañó y le quitó la consola de un juego de PlayStations, en hechos ocurridos en Algoda, una pequeña población de Elche, España.

Tras el triple crimen el menor llevó los cadáveres a un cuarto de la vivienda donde permanecieron durante tres días, y solo confesó la masacre por la presión de vecinos que preguntaban por el estado de la familia.

Durante esos tres días el menor permaneció en la casa sin asistir a clases, y a sus amigos les decía que estaba enfermo de Covid.

El episodio ocurrió a las 5:30 de la tarde del pasado 8 de febrero, y ha causado gran consternación en todo el país por el impacto mediático y de redes sociales que ha tenido.

Ha llamado especial atención la frialdad del menor al momento de confesar ante las autoridades los asesinatos de sus progenitores y del hermano.

“Disparé dos veces a mi madre cuando estaba en la cocina. Un tiro por la espalda y luego la rematé". Estas fueron unas de sus primeras palabras.

El jovencito relató que el pasado martes 8 de febrero al regresar del colegio, su madre, de 50 años, le hizo un llamado fuerte por sus comportamientos académico y familiar en casa.

"Me dijo que era un vago, que ya estaba bien y que me iba a quitar la consola. Subí a mi habitación, me puse a pensar y cogí la escopeta", publicó el diario La Sexta de Elche.

Utilizó una escopeta de cartuchos del calibre 12 que el padre, de 52 años, guardaba por su afición a la caza menor.

El hermano permanecía en su habitación y, alertado por el sonido de los disparos, salió corriendo hasta donde se encontraba la madre, enfrentando la dantesca escena.

“Mi hermano intentó escapar, pero salí detrás de él y lo cacé antes. Esperé a mi padre cuatro o cinco horas y le disparé al llegar, a eso de las 9 de la noche", agregó en su confesión el adolescente.

Luego limpió los rastros de sangre, en lo que afirma empleó dos horas, y después de dio un baño y se preparó la cena.

Esta versión la corroboran las heridas halladas en los cuerpos de las víctimas: la madre presenta dos impactos, el hermano, uno y el padre, tres.

Una secuencia que encaja con el tipo de arma; una repetidora que carga tres cartuchos, revela un informe de la Policía.

Relató que luego de cometer los asesinatos: "Me quedé sin saber qué hacer y decidí llevar los cuerpos al cobertizo".

El parricida permaneció en la casa tres días junto a los cadáveres haciendo vida normal, hablando con sus amigos como si nada hubiese pasado.

A algunos de ellos les aseguró que estaba en casa contagiado de Covid-19.

El caso se descubrió el viernes 14 de febrero cuando el adolescente confesó los hechos, después que una vecina y una hermana de su madre acudieran a la vivienda por falta de noticias de la familia. Fueron ellas quienes dieron aviso a las autoridades.

La Policía arrestó al muchacho y lo puso a órdenes de un Fiscal de menores y del juez de guardia.

El parricida ya se encuentra internado en un centro de menores en régimen cerrado tras el dictamen del juzgado de menores de Alicante.

La Policía y la Fiscalía de menores dieron por cerrada la investigación del triple crimen. No harán por tanto reconstrucción ni tomarán declaración a ninguna persona más.

 

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